MaryMar

A las preguntas de MaryMar, ellos siempre responden que nadie les hizo sufrir jamás por crueldad.
–Admirable –concluye al fin MaryMar–, cada cual somos responsables también de nuestras desgracias. A nadie podemos hacer responsables de nuestro dolor o de nuestras tristezas, salvo si no nos divertimos.
–Ahí te veo bien, MaryMar, –contesta Ramón– porque la diversión y la fiesta hacen que en nuestra vida se haga justicia, que el reparto de la felicidad sea efectivo y que crezca la solidaridad.
–Vaya galimatías –exclama MaryMar, pues no sabe lo que ha podido decir para que el otro saque semejante conclusión.
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