Ojos fijos


MaryMar
MaryMar tiene fijos en ella cuatro ojos que han sufrido mucho, pero que afirman a la par, y sin dudarlo, que nadie les ha hecho daño.
Son los ojos de Ramón y de Nacho, ninguno de los dos quiere echarle la culpa a nadie de sus sufrimientos.
A las preguntas de MaryMar, ellos siempre responden que nadie les hizo sufrir jamás por crueldad.
–Admirable –concluye al fin MaryMar–, cada cual somos responsables también de nuestras desgracias. A nadie podemos hacer responsables de nuestro dolor o de nuestras tristezas, salvo si no nos divertimos.
–Ahí te veo bien, MaryMar, –contesta Ramón– porque la diversión y la fiesta hacen que en nuestra vida se haga justicia, que el reparto de la felicidad sea efectivo  y que crezca la solidaridad.
–Vaya galimatías –exclama MaryMar, pues no sabe lo que ha podido decir para que el otro saque semejante conclusión.

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