Ventana

Rosa y adredista 0
La ventana ha roto el muro de la habitación para acercar la calle a mi vida. Sin el horizonte que descubre mi ventana viviría la vida emparedada. Por la ventana cuento las hojas amarillas que caen de los árboles durante el otoño y espío al invierno pintando de gris todas las hierbas del parque. Y por la ventana descubro una mañana de mi vida, por fin, la primavera de los brotes tiernos y de los jóvenes tiernos que endurecen su cuerpo corriendo sobre las flores. Y esa primavera me devuelve a la niña que jugaba con su pelota en la calle, en mi barrio de Caracas, o en la playa. Por la ventana observo jugar a los niños con el agua de las fuentes y la niña que yo era vuelve a gritar dentro de mí. Pero mi ventana me regala otra historia todavía más interminable. Me la regala por medio de su luz, pues yo leo mucho, que por algo fui librera, y tengo la costumbre de leer de día. Si no fuera por la luz de mi ventana, mis libros estarían mudos para mí. Gracias a su luz, con mis libros viajo de extremo a extremo del mundo y comparto otras vidas. En verdad que mi ventana no son mis ojos, pero su luz es la otra ventana de mi alma.

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