Bailar

MaryMar y Adredista 6
La música me gusta mucho, sobre todo el flamenco. Cada vez que suena una canción flamenca, mi cuerpo empieza a moverse y no tengo control sobre él. Y aunque no es flamenco, la canción de Karina “Buscando en el baúl de los recuerdos” me entusiasma.
Cuando voy al gimnasio, el fisio me pone música muy rítmica y nos ponemos a bailar, ya que a los dos nos gusta mover el esqueleto. Disfrutamos un montón, acomodamos nuestros ritmos. Él, siempre atento, me avisa de que tenga cuidado, no sea que vaya a pasarme. Se menea mucho, sus manos van volando de un lado a otro y sus pies se mueven como si tuviese el baile de San Vito. Lo hacemos durante un rato largo, yo seguiría mucho más, pero llega la hora de comer. Me coge de la mano y me lleva al comedor, es un sol.
Sin embargo eso de escuchar música sentada en mi habitación no va conmigo. Para mi la única función de la música es bailar, ya sea con el fisio o con cualquier otra persona, aunque otra persona no hay.
Lo que sí pienso es que al resto del mundo les gusta el baile tanto como a mi. Cuando llega algún cumpleaños, lo primero que se me ocurre es regalar DVDs, el tema más adecuado para el que va dirigido el regalo: es por si se le ocurre venir a bailar conmigo.

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