Enfado



Fernando
Beatriz es una chica muy particular. Tiene un carácter tan susceptible que a la más mínima oportunidad, y por la cosa más insignificante, ya se enfada.
Os contaré sólo un enfado, porque toda la lista sería inagotable. Un día a Beatriz se le ocurrió pedirle a su hermana Carmen un vestido estampado que ella se ponía poco porque la gustaba demasiado y quería preservarlo. Y se enfadó como nunca porque, como es lógico, Carmen no la quiso dejar el vestido. Y menos para ir de fiesta, que ni ella se lo ponía cuando salía por ahí.
Esto fue motivo para que Beatriz estuviera sin dirigirle la palabra a su hermana durante meses.
Y un buen día, que a Beatriz se le ha ocurrido irse de viaje –en realidad era un traslado de trabajo a París con muy buena pinta–, su hermana Carmen, para intentar arreglar las cosas, la dice que puede llevarse el vestido que tanto le gusta.
Pero para Beatriz no pasa el tiempo:
–Si la vez que te lo pedí, no me le quisiste dejar, ahora te lo puedes quedar todito para ti –en realidad, en todo este tiempo Beatriz no había esperado otra cosa que la oportunidad de poder decirlo–. Además, en París creo que voy a encontrar algunos incluso más elegantes.
Un sentimiento de culpabilidad invadió a Carmen, y ello a pesar de conocer a Beatriz y sabiendo cómo era.
En fin, que Beatriz es un poco insoportable. Se fue por fin a vivir a París, pero no pasó mucho tiempo sin pedir a su hermana Carmen que, por favor, se viniese unos días con ella, que esto es muy bonito y te va a gustar.
–Aunque no tengo tiempo de nada y se come tan mal que ya echo de menos la comida de casa.
Por supuesto que Carmen se fue unos días con ella, a hacer croquetas y filloas a su hermana.

No hay comentarios: